20/11/2023 • Lectura de 4 minutos

¿No te concentras en el trabajo?

Te explicamos por qué nos distraemos en la oficina

por Christine Gritter

El espacio de trabajo moderno es un destino donde trabajar en colaboración y conectar con otras personas, pero también debe ser compatible con aquellas tareas que requieren un alto nivel de concentración. Con los modelos de trabajo híbridos, muchos empleados se van a otros lugares fuera de la oficina para realizar el trabajo que exige más concentración. Sin embargo, a veces, los trabajadores necesitan colaborar unos con otros y realizar tareas que requieren concentración. ¿Cómo podemos hacer que el espacio de trabajo se adapte tanto a la colaboración como a la concentración?

En este artículo, examinaremos los desafíos que plantea en la oficina el trabajo de concentración, y abordaremos posibles soluciones.

Análisis de los desafíos del trabajo de concentración

No poder concentrarse en el trabajo es una de las principales quejas de los empleados. ¿Por qué no consiguen concentrarse? Las distintas actividades laborales a menudo entran en conflicto, cada tarea es distinta y cada persona se concentra de un modo diferente. No existe una solución universal para este problema y cada persona sabe cómo rinde mejor.

Es importante que las organizaciones sean conscientes de que el trabajo de concentración está supeditado a cada tarea y a cada persona. Dicha toma de conciencia puede ayudarte a crear un espacio de trabajo — lo que incluye la cultura y las políticas corporativas, además de los lugares de trabajo — que responda a las necesidades de tus empleados.

 

Cómo funciona nuestro cerebro

Definir el trabajo de concentración puede resultar difícil. Tiene más matices que simplemente realizar el trabajo de manera individual. Por suerte, la ciencia cognitiva nos ayuda a entender cómo rendir mejor. Veamos cómo funciona nuestro cerebro para comprender mejor cómo se realiza en la oficina el trabajo de concentración, y qué puede sabotearlo.

Atención y familiaridad

Para completar una tarea, necesitamos controlar nuestra atención y dirigirla hacia la información que necesitamos para guiar nuestras acciones. Cuánta atención necesitemos puede depender de lo familiarizados que estemos con esa tarea. Cuanto más sepamos sobre ella, más automática resultará. El cerebro utiliza los conocimientos existentes y no necesita información externa para realizar ese tipo de tarea. Por el contrario, si sabemos menos sobre una tarea, nuestro cerebro necesitará procesar información nueva.

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Distracciones, intromisiones e interrupciones

Es muy importante mantener el control de nuestra concentración y ser concienzudos con las tareas nuevas o más complejas.

Siempre que nos rodea algún ruido o actividad, nuestro cerebro lo procesa para saber si necesitamos esa información. Si es algo inesperado, es más probable que lo notemos. El ruido o las actividades imprevisibles, como una alarma de incendios o la sirena de una ambulancia, son buenas razones para desviar la atención de una tarea.

Por desgracia, nuestro cerebro no es capaz de distinguir entre emergencias como estas y la información irrelevante. Hay tres causas principales que nos pueden desviar de la tarea que tenemos entre manos:

  • Distracciones: Cuando, de manera inesperada, información no relacionada con la tarea capta nuestra atención. Solo porque sea inesperada no quiere decir que no sea beneficiosa, pero dificulta el trabajo de concentración.
  • Intromisiones: Cuando cierta información que no está relacionada con la tarea se confunde con la que sí lo está. Puede resultar poco útil, pero podría desviar la atención a otra tarea distinta más importante.
  • Interrupciones: Cuando una distracción o una intromisión nos aleja completamente de una tarea para centrarnos en otra. Una persona suele tarda de unos segundos a un minuto en retomar una tarea.

Establecimiento de barreras

En un entorno laboral diseñado para la colaboración, puede resultar más difícil encontrar lugares donde se minimicen las distracciones sonoras y visuales. Las soluciones acústicas reducen el ruido innecesario que podría transmitirse por todo el espacio de trabajo.

Si se establecen barreras visuales, se pueden mantener a raya las interrupciones e indicar dónde hay zonas designadas para el trabajo de concentración. Si se acotan completamente los espacios individuales no asignados, los empleados pueden optar por estos lugares si necesitan concentrarse completamente en una determinada tarea.

Diseño del espacio de trabajo en favor de la concentración

Los espacios de trabajo bien diseñados ofrecen opciones a los empleados que durante el día trabajan en actividades diferentes, desde la resolución de problemas de forma individualizada hasta el trabajo en equipo, pasando por momentos de descanso y socialización con los compañeros. Un enfoque holístico puede contribuir a un mayor grado de satisfacción y a un nivel superior de productividad de los empleados, ya que aporta variedad, opciones, control y la capacidad de recuperarse para garantizar el bienestar. 

Más información sobre acústica y diseño

El ruido excesivo es una queja común entre los empleados y puede provocar distracciones que merman la productividad. Para descubrir cómo se transmite el sonido a través del espacio de trabajo y qué técnicas pueden mejorar el rendimiento acústico de tu oficina, visita nuestra página sobre acústica.

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